viernes, 19 de diciembre de 2008

Los peligros de Internet

Me gustaría ilustrar la siguiente escena:

Gonzalo, está con música fuerte en la pieza. El papá golpea la puerta una vez.
Papá: Gonzalo, teléfono. Gonzalo, no contesta……..
Papá: Gonzalo ¿no escuchaste?, teléfono.
Gonzalo: …………..ya va, papá.
Papá: Gonzalo ¿te pasa algo?, te llaman por teléfono.
Gonzalo: ………… ya voy.
El papá se preocupa y abre la puerta. Al entrar observa y se sorprende de ver como su hijo está como atontado, casi inmovilizado viendo una escena sexual de un hombre con dos mujeres. Gonzalo tiene una excitación evidente que no le permite pararse para ir a atender el teléfono.
Papá: ¿qué estás haciendo? ¿metido en Internet en vez de estudiar? Ahora mismo saco Internet de esta casa (en tono exaltado).

Esto les puede pasar a muchos padres de adolescentes que saben que las nuevas tecnologías cibernéticas pueden ser una puerta abierta por la que sus hijos pueden acceder a informaciones útiles y valiosas, pero también a universos que no son los más recomendables para una persona que se encuentra muy vulnerable y que está plena en formación de su identidad. Ahora bien la solución del ejemplo resulta muy abrupta e impulsiva pues ésta no pasa por poner a la web como el enemigo y borrarlo del mapa.

Hoy cada vez más, veo en la consulta como el espacio virtual puede constituirse en una herramienta adictiva, lo que no siempre es correctamente dimensionado ni por los padres ni por los adolescentes. El peligro de Internet es cómo brinda la posibilidad tan fácil y rápida de ser otro con sólo desearlo.

La pornografía constituye una forma de sustituir la sexualidad incipiente y real con un otro con el que me siento expuesto y vulnerable, por una experiencia aparentemente menos riesgosa que me permite ser un observador “privilegiado” Tomar imaginariamente el lugar del hombre experimentado y audaz con las fantasías omnipotente de que eso es lo que las mujeres quieren y valoran.

Ahora bien, no se trata de estigmatizar ni juzgar precipitadamente a los adolescentes y a los jóvenes que utilizan el espacio cibernético, el tema es ver para qué lo utilizan y cuánto tiempo.
Es necesario conocer -en conjunto con los adolescentes-, el uso de las nuevas tecnologías para evitar un mayor distanciamiento generacional. Establecer un canal de diálogo con ellos para tratar de comprender su forma de comunicación con sus pares, pero advertir a los hijos sobre el riesgo de exponerse en Internet y a través de otros medios.

Es importante limitar el tiempo de uso de la computadora, enfrentar a los adolescentes a situaciones reales, fomentar que se junten con amigos y /o realicen actividades con otros para evitar que la pantalla supla la vida real.

El desafío es transmitir a los hijos la aventura que implica ir conociendo poco a los demás y a uno mismo de manera vulnerable y honesta, con todas las herramientas que hoy disponemos. Si tengo relaciones sexuales por Internet me estoy perdiendo la tremenda posibilidad de aprender y crecer de la interacción con otro, mutilo mis posibilidades.

Por Viviana Sosman, psicóloga de la Universidad Diego Portales, especialista en adolescentes.

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